Consumo y gusto posmoderno
Por Gabriel J. Saucedo Arteaga
Sin lugar a dudas, el consumo de alimentos, además de su función de alimentar, es también un consumo social y cultural. (…)
Aunque el término ha sido adoptado también por algunos sectores de la sociedad mexicana en países anglohablantes se conoce como foodies a personas que son aficionadas y amantes de la buena comida para su consumo, estudio, preparación y noticias. (…) Estos amantes de la comida, como se han denominado, están marcando una nueva tendencia dentro de los estilos de vida; se trata de una nueva generación que si bien ya existía desde los años 80 del siglo XX, es en la actualidad donde ha surgido nuevamente, aunque el término foodies no es aceptado por las personas que practican este estilo de vida. (…)
(…) En México sobre todo en la ciudad capital, durante los años 70/80 del siglo XX, crecieron las cadenas de cafeterías/restaurantes, además de las comidas rápidas hamburguesas y panaderías. Estos negocios dieron un toque de modernidad a la ciudad, con sus grandes ventanales, lámparas vistosas, luces de neón, metales cromados, alfombrados y colores brillantes, gabinetes forrados de plástico y mesas con cubiertas de Formaica; las barras de servicio o fuente de sodas. (…)
(…) El sociólogo francés Pierre Bourdier demuestra que nuestra posición en la sociedad influye mucho en nuestros gustos, ya sea en la comida, la música, el cine o el arte. Argumenta que los gustos “de moda” son una distancia que marcan las clases superiores para mostrar su estatus alto, para distinguirse de otras clases. El arte y el consumo cultural están predispuestos, consciente y deliberadamente o no, para cumplir la función social de legitimar las diferencias sociales.
El artículo completo se publicó en la revista Cuadernos de Nutrición, Vol. 39, No. 1 Periodo Enero- Febrero 2016, páginas 24-35.