Efecto de la hidratación en la cognición y en el estado de ánimo

Por Frania Pfeffer

El agua es necesaria para el transporte de nutrimentos y una buna provisión de sangre y oxígeno son importantes para el buen funcionamiento del cerebro. Se ha relacionado un estado de hidratación inadecuado con la reducción del volumen cerebral, un aumento en el volumen ventricular y un mayor esfuerzo cognitivo, que es la cantidad de trabajo involucrado en el proceso de adquisición de conocimiento o aprendizaje. La deshidratación consiste en una pérdida de la cantidad de agua corporal, la cual se produce generalmente cuando la eliminación de líquidos supera el consumo. Según la proporción de pérdida de la cantidad de agua la deshidratación se puede considerar leve (1-2%), moderada (2-5%) y grave (5% de pérdida de peso corporal por pérdida de agua); la deshidratación leve que es la que suele ocurrir más frecuentemente puede producir alteraciones en el estado de ánimo y el funcionamiento cognitivo y puede afectar la concentración, el estado de alerta y la memoria a corto plazo.

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Con un estado de deshidratación superior al 2% en personas jóvenes y en mujeres, la capacidad de realizar tareas simples de atención se ve afectada as{i como el tiempo de reacción que se vuelve más lento. El impacto más grande se produce en la velocidad (tiempo de respuesta), mientras que la precisión suele mantenerse. Los escolares (6-12 años) que no beben suficiente a pesar de tener a su disposición agua, también tienen peor rendimiento en estas tareas, especialmente a media mañana, en comparación con los que beben agua. Cabe destacar que el rendimiento se mantiene en personas motivadas o entrenadas en la realización de estas tareas aun con estados de deshidratación del 2% o incluso superiores.

El artículo completo se publicó en la revista Cuadernos de Nutrición, Vol. 39, No. 5 Periodo septiembre-octubre 2016, páginas 200-201.